Una riqueza cultural atípica

El pueblo de La Santa Espina fue construido por el Instituto Nacional de Colonización en la década de los años 50. En sus calles se pueden admirar diferentes murales relativos a la historia del pueblo, el mural conmemorativo ‘50 Aniversario’ de Manuel Sierra, así como la ‘Escultura Homenaje a los Primeros Colonos’ de Lorenzo Duque.

La Santa Espina, lugar de paso del Camino de Santiago (Madrid-Sahagún), cuenta con una zona de ocio y esparcimiento, La Pradera, para disfrutar de una tranquila comida al aire libre y una zona de juegos, y con un espacio museístico ‘La Casa de La Naturaleza’, un espacio donde se recrea la flora y la fauna del entorno a través de dioramas, paneles informativos, maquetas, etc… Además, en sus instalaciones se encuentra la exposición permanente de ‘Mariposas, Insectos y distintos artrópodos’, una muestra de más de 3.500 ejemplares de los cinco continentes.

A escasos metros del pueblo se encuentra El Monasterio. Un grandioso conjunto mandado levantar en 1147 por doña Sancha de Castilla, de esta época se conservan en la edificación la Sala Capitular, considerada como una de las mejores del císter en España, y la Sacristía. La iglesia es de proporciones admirables en la que se guarda una espina de la corona de Cristo. El Monasterio alberga la Escuela Agraria más antigua de España.

Intramuros del recinto monacal se encuentra el Centro de Interpretación de la Vida Rural, un espacio expositivo donde se recrea de forma didáctica el ciclo de la agricultura a través de las cuatro estaciones del año.

La Santa Espina ofrece la posibilidad de recorrer dos caminos breves y de dificultad media: ‘La Senda del Pantano I’, que lleva al embalse del Río Bajoz, y ‘El Camino de la Granja’. Ambos tienen como punto de partida el Monasterio.

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