La villa de los 1.000 planes

La importancia de Medina del Campo radica en su historia, y concretamente en los siglos XV y XVI por sus célebres ferias, centro principal de contratación y comercio de la Nueva España a las que concurrían mercaderes de todo el mundo. Esta actividad se puede rememorar en el Museo de las Ferias.

Otra efeméride relevante fue la muerte de la Reina Isabel la Católica en su Palacio Real.

Testigos de su pasado arquitectónico de esplendor son el casco antiguo –declarado Conjunto Histórico Artístico en 1978–, el Castillo de la Mota, la iglesia colegiata de San Antolín, el Palacio de los Dueñas, el Hospital de Simón Ruiz o las Reales Carnicerías, entre otros.

A lo largo del año se realizan diferentes actividades culturales y festivas como la Semana de Cine, de Jazz, de la Música o ferias como la de San Antonio y la Semana Renacentista, la Semana Santa –declarada de Interés Turístico Nacional–, y cabe destacar en los primeros días de septiembre las fiestas patronales de San Antolín, c on sus típicos y tradicionales encierros, declarados fiesta de Interés Turístico Regional y conciertos de artistas de primer nivel que ponen el broche de oro a una semana taurina y cultural que este año comenzará con el concierto de David Bisbal en el emblemático Castillo de la Mota.

Una costumbre que es acogida con sorpresa por los visitantes es que en Medina del Campo todos los domingos del año son días de labor, que compensan haciendo festivos los jueves. En este día se pueden realizar comprar gracias a su centro comercial abierto al aire libre y disfrutar de buenas tapas y vinos verdejos de la tierra.