
Un espacio cautivador para disfrutar con los cinco sentidos
El complejo enoturístico de Monte la Reina, situado en el corazón de Toro, posee un entorno inmejorable, rodeado de viñedos y con bonitas vistas a la Vega del Duero. Su palacio neogótico del S XIX aúna elementos tradicionales con una decoración vanguardista, formando un universo único y repleto de historias, muchas de ellas aún por escribir. Un espacio cautivador donde podrás disfrutar con los cinco sentidos.
El palacio, conocido popularmente como ‘El Castillo’, posee ocho habitaciones dobles, todas con baño completo, Wi-Fi, cocina equipada, restaurante y zonas de descanso para el invitado como la biblioteca, que cuenta con ejemplares únicos entre sus estanterías. Un lugar que lleva al turista a desconectar y relajarse en sus estancias únicas, disfrutando de un paisaje colmado de naturaleza, viñedos e historia.
A pocos metros del alojamiento se encuentra su restaurante, que ofrece diferentes menús degustación, elaborados con productos típicos de la tierra. Una cocina donde la materia prima cobra especial relevancia, transformando la gastronomía tradicional castellana con técnicas de elaboración modernas. Un lugar en completa sintonía con la bodega y el castillo, donde vino y gastronomía se unen en armonía para ofrecer una experiencia única.
Su bodega, semienterrada en la colina del complejo, posee un carácter dinámico e innovador, siendo una de las más modernas de la DO Toro. En la visita guiada por la bodega, el turista podrá disfrutar del proceso y los secretos de elaboración recorriendo cada una de sus salas. Para finalizar la velada, podrán catar dos vinos de elaboración propia (Castillo de Monte la Reina Verdejo y Castillo de Monte la Reina Crianza) para terminar el tour en su preciosa Eno-tienda, donde encontrarán ‘Mucho más que vino’, artículos y complementos que harán que la compra sea más completa y satisfactoria.
Monte la Reina es un lugar con un gran atractivo, al que todo el mundo debería ir para desconectar, disfrutar de la naturaleza y de una buena copa de vino al atardecer. Y, por qué no, para dormir en un Castillo..., y en un lugar único para los amantes del vino y la naturaleza.